XVIII. LA LUNA (La Lune)

XVIII La Luna Baraja de Grimaud según el diseño de Paul Marteau (1930)

El diseño de la carta y sus elementos sugieren mucha intranquilidad. El aullar de los perros, en el campo, cuando oímos aullar los perros a la Luna sentimos que es un diálogo muy fuerte que no podemos entender y en el cual no podemos intervenir. El eje de la carta que no está completo manifiesta esta inquietud, el eje central tranquiliza, se puede ver claramente que todo se une y termina en un punto, en esta carta no hay un sólo punto de fuga que unifique el cuadro.

En los cuentos de hadas y en la imaginación de los niños, las cosas más terribles suceden de noche, es cuando salen seres horribles de la tierra, lo que está oculto de día, lo que no se puede asomar, sale cuando todos están durmiendo. El cangrejo nos recuerda a esos seres que están bajo la tierra y las aguas.

El azul intenso de la Luna y del agua nos sumergen en la noche oscura. En el tarot de Marsella también hay luz en esta carta. El cielo es blanco, los perros, las torres y la pequeña porción de tierra que está en primer plano, son doradas. La misma Luna tiene luz con sus rayos blancos y rojos. Las gotas de rocío suman colores vivos que alegran la carta. Estos elementos luminosos nos sugieren que la oscuridad nunca es total.

El ser humano también está presente en la carta y en un lugar privilegiado, es la cara dibujada en la Luna, se mira a sí mismo reflejado en la Luna, observando y observándose.

 Significado

Es una carta con una gran profundidad espiritual. La luna, la noche nos muestra lo oculto, lo desconocido del otro y de uno mismo con una dimensión más amplia.

La mayoría de los textos interpretan esta carta como mala, lo más leve que se dice de ella es la fluctuación, el quedarse atrapado en una situación. Para otros es la peor carta, es el caos, el descenso del espíritu a la materia. El origen de estas interpretaciones está muy relacionado con la locura (el lunático), al embrujo y la atracción que despierta la Luna.

Algunos tarots más modernos relacionan esta carta con la intuición y el conocimiento femenino, los aspectos ocultos y desconocidos de lo femenino.

 El arcano de La Luna

Es una carta donde se unen todas nuestras partes, lo que tenemos guardado en el inconsciente, nuestro conocimiento animal, el contacto con la naturaleza, nuestro saber primitivo y lo que hemos construido como hombres y seres inteligentes en este mundo. La Luna siempre está, ella observa todo lo que hacemos y está abierta a que la escuchemos a que nos comuniquemos con ella,

La Luna

Ella nos trae, los ciclos de la vida, el crecer de las plantas, los movimientos de las mareas, la noche con sus sueños, los viajes nocturnos. Todo lo onírico está con La Luna y eso a mucha gente le da miedo más aún que los aspectos femeninos desconocidos.

La Luna es la noche, sin luz, sólo un resplandor donde uno tiene que ver con los ojos del alma. Da tanto miedo la noche que el hombre desde tiempos remotos ha tratado de iluminarla, ahora lo logra en gran parte con la iluminación artificial, si hay un corte de luz vuelve la oscuridad total, vuelve el miedo. El miedo a la oscuridad es muy grande, hay mitos de todo tipo provenientes de diferentes culturas de la tierra.

A estos temores se suma el poder que tiene la Luna sobre todos los elementos vivos y seres que habitamos la Tierra, ella rige soberana la fecundidad y las mareas, mueve nuestras emociones, nos lleva al hacer y al crecer. Este fuerte dominio que ejerce sobre los vida en la Tierra es inmanejable para los seres humanos produciendo tal miedo que les lleva a no quererla y desvalorizarla.

 El cangrejo y los sueños

Esta carta nos ofrece amigarnos con los aspectos más desconocidos de nosotros, los que aparecen de noche como los sueños. Los sueños salen de nuestras aguas como el gran cangrejo de río para contarnos todo lo que tenemos oculto. Salen o no, depende si somos capaces de dejarlos salir, pueden quedar ocultos bajo el agua del inconsciente si nosotros no nos atrevemos a mirarlos. Mirar los sueños día a día ya es ir perdiéndole un poco de miedo a la Luna, es poder estar en el estanque. El estanque es la aceptación de los sueños y todo lo que uno no ve de sí mismo ejemplificado en la figura del cangrejo.

 Los perros y la Luna

Ellos tienen una relación fuerte con la Luna, no le temen, le hablan las noches de Luna llena. Si entramos en la psicología del perro guardián que está atento a todos los peligros de la noche, si como el perro logramos hablar con la Luna, la vida nos resultará más fácil. Al hablar con la Luna, al tener una relación directa con ella y ver todas las facetas que representa, vamos a ir perdiendo el miedo para caminar por la vida. Este proceso es muy difícil de hacer en las ciudades donde se vive muy lejos de la Luna y de toda esa relación tan fuerte que tiene con el mundo natural. En las ciudades ni los perros dialogan con la Luna, ni reparan en esa Luna llena que a todos nos embelesa, y que sólo logramos verla al final de una calle cuando sale al atardecer y luego la vemos perderse entre los edificios y nos olvidamos de ella.

 Las torres

En esta carta la civilización, simbolizada por las torres, (las construcciones más importantes de la época) aparece al fondo de la carta. Está presente como contención y también como esperanza. Las torres nos dicen que el ser humano puede hacer cosas, puede construir bajo la aprobación de la Luna, de las fuerzas de la naturaleza y que en armonía con ellas va a estar presente tanto de noche como de día.

Para nosotros de día todo es más fácil, se ve la vida, se ven las construcciones que hacemos. Pero esta carta nos dice que todo esto también lo podemos ver de noche si estamos atentos, si aceptamos nuestros sueños, nuestro inconsciente, si podemos hablar con la Luna como los perros (tan sabios ellos) también podremos aceptar y valorar esas torres tan bonitas que somos capaces de construir.

 La Luna y las emociones

Ella rige las emociones como las aguas. El temor a las emociones desatadas se proyecta   en la imagen de la luna. Lo vemos en la cultura popular por rjrmplo al nombrar a los locos como lunáticos o como puede transformarse un hombre común en la brutal imagen del hombre lobo, el que ruge en las noches de luna llena junto a los perros. La Luna también está presente en buenos momentos, en las noches de amor compartido bajo su luz en la naturaleza.

Hacerse amig@ de la Luna es el gran paso para crecer en este mundo cruel y difícil para muchos y entendible para muy pocos. Sin dialogar con la Luna como adultos nos dificulta entender que hacemos en este mundo, que pasa con nuestros ciclos (diurno – nocturno, meses – años). La Luna no sólo rige las mareas, rige también nuestros ciclos anímicos y de crecimiento, y si no lo entendemos no vamos a poder crecer enteros porque no sabemos cómo estamos creciendo. En las mujeres es muy clara su influencia porque se observa directamente en los ciclos menstruales, pero en los hombres también se da sólo que ellos lo desconocen totalmente. Esta carta es más difícil para los hombres que para las mujeres por esta razón, porque las mujeres ya están más comunicadas con ella a través de los ciclos menstruales, el hombre también responde a la Luna con ciclos anímicos que en cada persona se observan de otra manera, sólo hay que aprender a escucharlos y mirarlos. Este un aspecto totalmente desconocido para la mayoría de los hombres urbanos separados de la naturaleza.

 Cuando la Luna nos ilumina su luz es serena y nos da tranquilidad, nos abre al amor.

Más información en mi libro «Tarot. El Camino del Loco. Un encuentro con conocimientos ancestrales». Autora Victoria Chamo Bersusky. Editado en mayo 2024