XVI. LA TORRE o la casa de Dios (La maison Dieu)

XVI. La TorreBaraja de Grimaud según el diseño de Paul Marteau (1930)

En otras cartas la torre es más alta, algunas tienen una puerta de entrada, los rayos son más literales, en varias sale fuego por las ventanas. Los hombres que caen son más pequeños en relación a la proporción de la torre. Las personas están cayendo por el aire y no están tan cerca de la tierra. En algunas cartas más nuevas las torres están enteras y no hay gente que cae.

En el tarot de Marsella esta es una carta hermosa y de gran ingenuidad. La caída es una fiesta, con bolas de colores que caen del cielo y la persona que cae al suelo sin dramatismo. La otra persona ya está cerca del piso. Aunque miran en distintas direcciones el que cae va a un lugar donde ya están otros, no va a estar solo. La torre pequeña nos muestra que nuestra casa, nuestro yo, es muy pequeño frente a la inmensidad del mundo. Esa gran corona nos habla de las creencias sobredimensionadas que tenemos de nuestros valores.

 Significado

La gran construcción se viene abajo. Con esta carta podemos ver qué cambios profundos tenemos que realizar en este momento. Es una carta muy actual, sobre el momento que estamos transitando.

La cualidad mayor es el tomar conciencia de como es el mundo real, de caer de la Torre para ver de cerca cómo crecen las plantas, cómo son sus hojas y cómo se reproducen.

Es bajar de los castillos que uno se hace en el aire. Teniendo en cuenta que todo esto que nos está pasando en este momento es un regalo que viene del cielo para ayudarnos a crecer y no una maldición.

En otras cartas el significado es muy variado, desde la caída como castigo hasta una bendición. Prevalece el cambio abrupto de una situación.

 El arcano de La Torre

Esta carta nos muestra que los cambios se pueden toman con naturalidad y como un despertar para aquellos que estaban muy distraídos y muy encerrados en sí mismos sin ver lo que estaba pasando a su alrededor. No hay como bajar a tierra cuando uno estaba mal colocado en las alturas y caer como sea es un regalo. La carta no le tiene ningún miedo a las caídas abruptas. Es una torre muy humana a pesar de haber tenido una corona en su cabeza. Muestra lo pequeños que somos los hombres frente a la fuerza de la naturaleza o frente a la fuerza de Dios (como se quiera interpretar al rayo o el plumazo que viene del cielo). Como lo divino nos viene a sacar de nuestro ego endiosado cuando sea necesario. El “Yo estoy arriba y soy dueño y señor del poder en la tierra, todo lo que los hombres tienen y quieren hacer yo lo puedo dominar, yo lo puedo manipular”. La caída es un fuerte golpe para el ego pero no viene como un gran castigo ni como una reprimenda terrible. Esta carta es un llamado de atención para decirnos que todos somos terráqueos, mortales y que vamos caminando por el mundo, que mirar desde arriba da una aproximación falsa de los hechos, que a las plantas hay que mirarlas crecer con mucha atención y desde bien cerca.

No nos distraigamos con esta carta su ingenuidad y su belleza, lo que nos trasmite no es un juego para tomarla en broma, claramente nos está diciendo que tenemos que cambiar, dejar de estar en el techo de la Torre mirando al mundo desde las alturas. Que somos como tod@s una persona más. La carta nos lo dice sin dramatismos pero nos lo dice. Está en el proceso de cada persona el poder o no limitar su ego y darse cuenta que necesita vivir la vida más cerca de la tierra, enfangarse y aprender de lo cotidiano. Que no es un Dios omnipresente que puede dominar a to@s, que por el contrario tiene que darse cuenta que necesita aprender mucho, ser más humilde y benevolente con el prójimo.

Esta carta aparece en muchas consultas. Esta sociedad que nos forma desde nuestra cuna, luego en la escuela y en el trabajo para ser los mejores, competir con los demás y sentirnos los reyes trae como contrapartida muchas caídas de nuestras torres.

Aunque ya tengamos un largo trabajo en conocernos y detectar nuestras debilidades, las personas siempre tenemos que estar atentas a que ese ego no vuelva a adularnos y mentirnos con el “Soy magnífica y todo lo hago muy bien”. Cada persona tiene sus habilidades que no son ni mejores ni peores que las de las otras, la única diferencia es que las nuestras las conocemos más, vamos con ellas por la vida. Cuando las compartimos con los demás toman más fuerza, nos ayudan a crecer acompañados en nuestro camino por la vida.

Más información en mi libro «Tarot. El Camino del Loco. Un encuentro con conocimientos ancestrales». Autora Victoria Chamo Bersusky. Editado en mayo 2024