Baraja de Grimaud según el diseño de Paul Marteau (1930)

El arquetipo de La Justicia

La Justicia es una carta fuerte, nos mira de frente, centrada, apoyada sobre la tierra, con una espada en la mano derecha y una balanza en la izquierda y su espalda está protegida por un par de alas y dos fuertes columnas.

Ella nos enfrenta a que entremos en contacto con nuestra verdad en la vida, ser justos con nosotros mismos siendo imparciales, no perdonarnos lo imperdonable. Ver qué acciones hemos hecho mal en nuestra vida, como arreglarlas o modificarlas.

El número 8, el de esta carta, es muy buen número para este trabajo, acostado es el símbolo de infinito, nos conecta con la conciencia colectiva, con el saber universal.

Esta carta nos habla de la justicia en un sentido amplio, hacia nosotros mismos y para con los otros. Ambas acciones están íntimamente relacionadas, actuamos de forma similar tanto para ocuparnos de nosotros como de los demás. Vernos con imparcialidad sin juzgarnos, sin coartarnos, vernos para crecer en el plano individual, en el colectivo, trabajar para el crecimiento armonioso de los hombres.

En el momento del juicio no es suficiente perdonarnos, sino abrirnos para modificar, elevar, cambiar y transmutar el hecho juzgado. Luego del cambio podemos pedir perdón, pero primero trabajemos para modificar en profundidad el sentimiento y la actitud frente a nuestras debilidades.

La palabra justicia no tiene porque ir unida al castigo. El significado de esta carta es el de evaluarnos con justeza para seguir el camino, es el momento de reflexión antes de avanzar ante cada acto donde hay dos caminos, ante cada momento donde hay que tomar decisiones, en cada momento que queremos saber cómo actuamos con los otros.

En un plato podemos poner como vemos el problema nosotros y en el otro como lo ve y lo siente el otro.

Esta carta también nos muestra nuestro punto débil, la balanza con sus dos platos diferentes nos recuerda que no somos perfectos y no nos va a ser fácil juzgarnos con equidad. Es muy difícil llegar a ese grado de imparcialidad ni con uno ni con los demás. Nos dice que podemos partir de un punto difícil para nuestro análisis al no considerar los dos lados que queremos analizar de la misma manera, ya sea por utilizar un encuadre diferente o que potenciemos sólo un lado de las cosas.

En el camino que hacemos en la vida si nos podemos elevar del hecho que está sucediendo, podremos salir de los dos polos y aproximarnos a la imparcialidad para ver que está pasando. La espada que se eleva al cielo es una gran ayuda, nos conecta como una antena con la información verdadera, la que viene del conocimiento Universal, de Dios y podremos ver esta realidad cotidiana con otros ojos.

Es una carta de gran ayuda para observar los problemas de encrucijadas o polaridades con otra mirada tanto para con uno como para con los otros.

Nos ayuda a mirar con imparcialidad y conocimiento el ¿Qué hago? ¿Qué hice? o ¿Qué hicieron las otras personas?

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