Arcanos Menores. Las reinas

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Las reinas de Espadas y de Bastos tienen un tamaño similar, las reinas de Copas y de Oros tienen el cuerpo más pequeño. Las reinas y los reyes tienen un tamaño similar, como parejas reales están homologadas en cuanto a importancia.

La reina de Oros es la única que luce un peinado cuidado, las otras tres llevan sus cabellos sueltos, la reina de Bastos es la que tiene una cabellera más larga y despeinada. La reina de Bastos es la única que mira hacia la izquierda. Como las otras figuras de bastos se destaca del conjunto de las figuras de la corte. La reina de Oros es la única que está con el rostro de perfil.

Las cuatro reinas sostienen el palo de la carta con la derecha y sólo las reinas de Copas y de Oros sostienen un elemento de refuerzo con la mano izquierda (espada o vara de mando). Las cuatro reinas tienen vestidos con la cintura alta, puede ser la moda de la época y también puede inducir que cubren un embarazo, el vientre abultado es más evidente en las sombras del vestido de la reina de bastos.

Los reyes tienen capas cortas o no tienen, se ven sus cuerpos y sus piernas, las reinas lucen capas y vestidos largos, sus cuerpos están protegidos. A ninguna se le ven los pies, a través de la ropa se vislumbran sus piernas. La ropa de la reina de oros llega a los límites inferiores de la carta, en las otras tres hay pequeños espacios donde se puede ver algún dibujo, algo más definido es el piso de la reina de bastos.

Reina de Bastos

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La reina está sentada pero no se ve tras de ella si tiene un trono o un sillón. Ambos brazos están activos, no hay reposo en su postura. El brazo derecho sostiene un gran basto trabajado, su mano lo coge en la zona más delgada, está apoyado sobre una de sus piernas. El brazo izquierdo está arqueado con la mano izquierda apoyada sobre su ropa. Mira hacia la izquierda, tiene una mirada intensa que parece estar dirigida a un hecho preciso.

Sobre su cabeza tiene una amplia corona dorada. Su pelo largo y desordenado cubre sus hombros y parte de sus brazos. De sus espaldas vemos caer una amplia capa roja con borde dorado. Su vestido es sencillo, amplio y largo, cubre enteramente su cuerpo. Sus pies están tapados por su capa y su vestido. Los dibujos que vemos en el suelo pueden simbolizar a una tarima o a un solado.

La Carta

La reina está a la defensiva, el palo lo sostiene como para pegar, está en guardia cuidando al reino. A diferencia del rey, su postura no es de reposo, los brazos están activos, arqueados y firmes sobre las piernas, listos para actuar. Ella es una mujer de mediana edad que ya conoce la vida, ahora embarazada y por su edad ya ha tenido varios partos.

La reina se muestra como es, usa su cabello como las mujeres del pueblo, no tiene un peinado especial como el rey y sobre sus cabellos al viento luce una corona magnífica. Esos cabellos tan naturales muestran una gran espontaneidad para la época.

Su mirada muy atenta la muestra en guardia, observa lo que puede venir, está cuidando a su cría y a su pueblo como hacen las mujeres de su reinado. Ella no necesita un cetro especial ni un trono de lujo para mostrar su talante, su sola presencia emana fuerza por doquier.

Esta reina es muy humana, nos muestra a una mujer que a pesar de estar coronada y lucir hermosas ropas, sabe actuar con independencia y responsabilidad frente a los problemas de las mujeres y de los hombres de su pueblo.

La Reina de Espadas

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La reina está sentada y respaldada por un trono importante enaltecido con dos columnas. Mira hacia su derecha, sus ojos trasmiten inquietud. Con firmeza sostiene su espada con la mano derecha con su brazo apoyado sobre el trono. La mano izquierda se apoya sobre su vestido, sobre su panza. Su espada, más pequeña que la del rey, de color rojo, está inclinada hacia la izquierda

Está muy bien vestida y peinada, luce un vestido largo y rojo con adornos dorados, una amplia capa azul le cubre sus espaldas hasta llegar al suelo. Su corona dorada, más pequeña que la de la reina de Bastos, se ve completa.

 La Carta

La de la reina de Espadas está bien vestida y enaltecida con un trono importante, pero su mirada inquieta y la posición de su mano izquierda protegiendo su cuerpo delatan su dualidad, su incomodidad con el rol que juega en el reino.

Sostiene su espada con una seguridad impuesta ya que no logra tenerla con firmeza, a pesar de que se esfuerza por sostenerla apoyándose en el brazo de su trono, la espada se tuerce hacia la izquierda, no la puede tener recta como el rey. Así como vemos a la reina de Bastos lista para actuar, la reina de Espadas sólo puede lucirse en su hermoso trono, no sabe usar su espada, la tiene en sus manos porque ese es el rol que le ha tocado cumplir en la vida, acompaña al rey que es el que está preparado para actuar, ella sólo observa.

No le gusta mandar con una espada, está muy bien como reina, puede reinar pero no le gusta reinar a través de la espada. La espada es algo que no le es propio, que es una extensión del rey.

Su trono importante, aunque más pequeño es similar al que lleva la mujer del Arcano número VIII (La Justicia), nos muestra que ella trae un buen conocimiento a este mundo, un conocimiento que le es heredado, pero no lo usa y se ampara detrás de esa espada roja que no le es propia ni la representa.

Reina de Copas

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La reina, de mediana edad, está sentada y vestida con ropas amplias y largas afines a las que llevan las otras reinas. A sus espaldas vemos un trono muy particular, no tiene respaldo sino un tirante que llega hasta el límite de la carta y luego vemos un objeto similar a un rulo de madera que baja hasta la altura de su corona. Su rostro con una mirada calma y afectuosa se dirige hacia su derecha. Su pelo algo despeinado le llega hasta los hombros. Sobre su cabeza luce una corona completa que se apoya sobre un objeto intermedio que podría ser un sombrero.

Con la mano derecha sostiene desde la base una gran copa dorada con tapa y ornamentos que apoya sobre su rodilla derecha. La copa tiene una base amplia y sobre ella un óvalo rojo. La mano izquierda apoyada cómodamente sobre la rodilla izquierda sostiene desde la base una pequeña espada o una fina vara con la base roja cuya punta se apoya en su hombro izquierdo.

La Carta

La reina es muy distinta al rey, con el dirige este palo pero su actitud es otra. La necesidad de llevar consigo una fina vara o espada nos dice que no está tan segura en su reino, que necesita protegerse.

La copa cerrada representa esa cualidad femenina de guardar dentro de sí su conocimiento y su creación, así como el útero encierra al feto mientras crece, la reina encierra su conocimiento dentro de la copa ornamentada. Ese óvalo rojo sobre su mano nos muestra la vitalidad que hay dentro de la copa, que no es una copa muerta o vacía, es una copa que guarda conocimiento, alimento y antigua sabiduría,

La dualidad de la reina se ve no sólo en su actitud temerosa al necesitar reforzarse con una fina espada o vara, sino también en su corona. Esta es grande, bonita con piedras y ornamentos, pero no está asentada directamente sobre su cabeza, tiene un basamento intermedio, el extraño sombrero, los dioses todavía no la consideran tan digna de poder llevar directamente sobre su cabeza una corona dorada. A pesar de su edad madura es un ser en crecimiento que todavía tiene que hace un trabajo grande sobre su persona.

El trono tan particular sobre el que está sentada, con una gran coronación sobre su cabeza y el apoyo que va hacia el cielo, le fue dado y ella lo usa con naturalidad, al llegar a la tierra ya tenía una base sólida, un lugar firme donde colocarse, el trono ya estaba, lo ha heredado de sus antepasados. La reina de Bastos no tiene trono pero se hizo de un buen lugar en este mundo. La reina de Copas a pesar del hermoso trono, la corona embellecida y su bonita ropa, todavía no está segura consigo misma, todavía no puede disfrutar plenamente de todo ese conocimiento que tiene encerrado en esa hermosa copa.

Reina de Oros

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Está de perfil sosteniendo con su mano derecha en alto, una gran moneda. Su único ojo visible con mirada atenta, se dirige a la moneda.

Luce sus cabellos bien peinados y sobre su cabeza tiene un sombrero que termina en corona que no se asienta sobre su cabeza, está caído hacia atrás.

Su ropa es elegante, tiene una amplia capa que sale desde sus hombros. Con su mano izquierda sostiene con naturalidad una fina vara que termina con una flor dorada que se apoya en su hombro.

Está sentada en el borde del sillón, su cuerpo se ve casi entero, podemos observar a través de sus ropas que sus piernas están muy poco flexionadas.

 La Carta

En la reina de Oros observamos varias contradicciones que no tenía el rey de Oros seguro de sí y ocupando su lugar. Esta carta nos muestra la relación confusa de la mujer con el dinero, refleja aspectos de la mujer de su época y que también se puede extender a la época actual.

Su expresión firme y su mirada inquisidora delatan que necesita observar muy de cerca a la moneda, el símbolo del dinero, para conocer su significado. A diferencia del rey luce una corona, pero no la sabe usar, no la sostiene sobre su cabeza, se está cayendo.

No está cómodamente sentada en una postura relajada, no ocupa totalmente su sillón, como si tuviera que estar en él poco tiempo, como si este no fuera su lugar.

Para ella es más natural tener la vara con la flor, de mando real y familiar que sostiene con soltura, que su relación con el palo que representa, al oro lo mira interrogándose sobre su valor.

Conoce más el mundo del dinero a través de la vida de los reyes, por herencia que por la cotidianeidad del dinero y sus atributos, representa a alguien que nunca se preocupó por conseguir dinero para vivir, que todo lo recibió ya dado.

Su relación con la corona real se pone de manifiesto en el rostro de perfil con el que aparece en la carta tal como suelen estar los rostros de los reyes en las monedas de uso corriente.